Deliro con un mundo sin adioses
carente de victorias y derrotas.
Atribuladas ninfas engullieron el desastre
aclarando los puntos cardinales
en cuatro rumbos nulos
y desnudos.
Delirios de ternura en esta efinge
que sacuda el templo del dinero.
Insanas bestias de amor sin reparos
Insanos engendros que mezan nuestras cunas.
Que la trastocada dicha nos eliga
y que peligrosa nos embeba!.
Pero en el fin de los hilos
en el origen de las vidas
emerge algo tremendo y tenebroso
como la muerte misma.
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